¿Cómo podemos saber cuándo desinfectar un depósito de agua potable? Existen sencillas claves que todo usuario debe conocer para que, llegado el momento, pueda contar con una empresa profesional que permita solucionar el problema.
El agua potable
¿Qué entendemos por agua potable? Se refiere a aquella que es apta para consumo humano sin que implique riesgo alguno para contraer alguna enfermedad. Por ejemplo, en el ámbito doméstico, hablamos del suministro que usamos para beber, para ducharnos, para lavar los platos, para la lavadora, etc.
Ahora bien, en toda instalación de agua se pueden dar las condiciones para que se desarrollen bacterias nocivas para la salud. Una de las más peligrosas es la tristemente célebre legionella.
La desinfección de un depósito de agua potable está legislada según el Real Decreto 140/2003, que fija los criterios sanitarios que debe tener el agua destinada a consumo humano.
Según la citada legislación, el agua ha de garantizar salubridad, limpieza, calidad y desinfección. Así se minimizan los efectos adversos que puedan derivar de posibles contaminaciones.
Claves para saber cuándo desinfectar un depósito de agua potable
Existen tres sencillas claves que nos informan y advierten de la necesidad de desinfectar un depósito de agua potable. Relacionadas con los sentidos, hablamos del olor, el color y el sabor. Veamos.
El agua no debe poseer olor alguno
Si el agua potable que consumes tiene algún olor, por nimio que sea, seguramente tienes que proceder a la desinfección, ya que existe un riesgo.
Es común que, si ha habido algún problema de infección, ahora el agua huela a piscina, a huevos podridos, a acetona o algo indescriptible. Ese es un indicio de que hay un alto contenido de cloro, de sulfuros, de solventes orgánicos o de formación natural. En cualquier caso, se debe proceder a una desinfección profesional.
El agua no debe poseer color alguno
Esta es una clave de alarma muy importante y fácilmente detectable. Podemos encontrar colores amarillentos, anaranjados, blanquecinos o amarronados. En cualquier caso, significa que el agua se ha mezclado con otro elemento, lo que es un peligro.
Para estar seguros, cogeremos un vaso con agua y lo analizaremos a contraluz. Si vemos cualquier signo de turbidez, por pequeño que sea, procederemos a contactar con un servicio profesional de desinfección de depósitos de agua potable, ya que podríamos ver colores indebidos o partículas flotantes que no deberían estar ahí, ya que, para su consumo, ha de ser transparente y cristalina por completo.
El agua debe ser insípida
Otro punto clave. Si el agua tiene algún sabor, por nimio que sea, nos está indicando que no está totalmente potabilizada, por lo que puede contener alguna sustancia peligrosa para la salud. Así que, si tienes este problema, será mejor que desinfectes el depósito.
El agua del depósito
Recordemos que los AFS son aljibes o depósitos de acumulación de agua fría sanitaria. Se ubican en cuartos de grupos de presión de los sótanos de los edificios. Todo ello con la función de suministrar presión de agua para que llegue a todos los vecinos por igual.
Dicha agua se capta a través de la red, pasa por el depósito y llega hasta el grifo de casa para el consumo. Pero, a lo largo de este camino, sufre diversas intervenciones que afectarán a su calidad. Por eso, si no se toman las precauciones debidas, se puede estancar y degradar, por lo que afectará a la salud humana, que podría sufrir contagios microbiológicos.
El proceso
Para que agua potable de consumo humano esté en condiciones de uso, es necesario realizar un proceso de limpieza y desinfección de un depósito o aljibe de agua fría. Para ello se ha de cumplir con la normativa de mantenimiento basado en la calidad y la salubridad.
Es conveniente hacerlo una vez por año y siguiendo estos pasos:
- Depósito desocupado. Es decir, en primer lugar, se vacía total o parcialmente el depósito dependiendo del tanque y el nivel de suciedad.
- Retirada de sedimentos. O sea, se limpia a fondo retirando los sedimentos del fondo, las posibles incrustaciones en las paredes, etc. Es común usar cepillo duro y desinfectante tipo hipoclorito sódico.
- Revisión. A continuación, se realiza una supervisión superficial para comprobar que ha quedado limpio y que no hay desperfectos o grietas.
- Aclarado. Se aclara el depósito con agua a presión y se procede a su llenado.
Ya sabes cuándo desinfectar un depósito de agua potable. No obstante, conviene hacer una revisión anual. Y es que es bueno saber que el líquido elemento se adapta al nivel de calidad exigido por normativa al respecto de su potabilidad. Así que, si quieres un servicio profesional, contáctanos hoy mismo. Nuestros expertos darán con la mejor solución a tu problema.